El Instituto Vasco de la Memoria, la Convivencia y los Derechos Humanos-Gogora se ha embarcado en un importante proyecto de memoria y justicia histórica, centrado en la búsqueda de los familiares de 120 republicanos de Extremadura que perdieron la vida entre 1937 y 1941 en la cárcel de Orduña, en Bizkaia. Esta iniciativa, realizada en colaboración con las diputaciones de Extremadura y la Secretaría de Estado de Memoria Democrática, busca identificar a los fallecidos mediante pruebas de ADN.
El director de Gogora, Alberto Alonso, ha informado que dentro de este plan se contempla el reconocimiento de Orduña como Lugar de Memoria Democrática, así como la instalación de placas en el municipio en memoria de los prisioneros que allí sufrieron condiciones extremas. Además, está previsto un emotivo acto en Castuera, el lugar de origen de muchos de los encarcelados.
El proyecto cuenta con el respaldo del secretario de Estado, Fernando Martínez López, y la colaboración del alcalde de Castuera, Francisco Martos. Durante la existencia de la Prisión Central de Orduña, casi 4.000 presos estuvieron confinados allí, más de la mitad de ellos procedentes de Extremadura. En total, 225 prisioneros fallecieron, siendo 127 de ellos originarios de esta región.
Gogora ha logrado compilar un listado detallado de los fallecidos, avanzando significativamente en su identificación gracias a la sepultura ordenada de los cuerpos. Hasta ahora, solo siete han sido identificados y sus restos entregados a sus familias. La mayoría de los prisioneros eran campesinos que abogaban por la reforma agraria durante la República, transportados en condiciones inhumanas y obligados a realizar trabajos forzados que les llevaron a la muerte.
Para el año 2025, Gogora planea expandir el Columbario de la Dignidad en Orduña, donde se dará sepultura a los restos no identificados y a aquellos cuyos familiares prefieran dejarlos allí. La compleja tarea de identificación genética está a cargo del laboratorio Biomics de la UPV/EHU y la Sociedad de Ciencias Aranzadi, con el objetivo de comunicarse con el mayor número posible de familiares para recoger muestras de ADN.
La cooperación ciudadana ha sido vital en este proceso, con los vecinos de Orduña involucrándose activamente en la búsqueda de familiares. Aunque la concentración inicial se encuentra en Extremadura, se espera extender estas iniciativas a otras regiones como Castilla-La Mancha. Este esfuerzo por la memoria y la justicia histórica es crucial, especialmente considerando que muchos de los familiares hoy son nietos o sobrinos de los fallecidos.