Cuarenta y cinco jóvenes y adolescentes de la barriada
Fraternidad participan en el programa “Empu-G” preventivo de adicciones como el
alcohol y el juego que se desarrollará hasta septiembre en un trabajo en red
con acciones en la calle, en el Centro de Juventud y los Institutos Dámaso
Alonso y Leonardo Da Vinci.
Un programa socioeducativo de prevención selectiva destinado
a adolescentes entre 12 y 18 años y sus familias que es una realidad desde el
pasado mes de septiembre gracias a la subvención de la Consejería de Sanidad de
20.496 euros y la aportación del Ayuntamiento de 8.320, que suman un total de 28.816
euros.
Una iniciativa que comenzó en Miguelturra y que se ha
extendido a seis localidades más (Manzanares, La Solana, Socuéllamos, Tomelloso,
Valdepeñas y Puertollano) y ya se trabaja con la posibilidad que en nuestra
ciudad pueda continuar durante el próximo año.
Jóvenes que participarán en actividades de desarrollo de
habilidades personales, sociales, comunicación, educación para la salud
(alimentación, sexualidad, conductas adictivas, acoso escolar), intercambio con
jóvenes de otros países europeos e incluso el 14 de noviembre un representante
de cada de los tres grupos del programa intervendrá en un Consejo Provincial
que ayudará a que conozcan más a fondo su contenido a través del testimonio de
chicos y chicas que forman parten de otras localidades.
Trabajo de calle
En una primera fase se ha llevado a cabo educación en calle y esta tarde comienza el trabajo en grupos con el objetivo de fomentar el trabajo en red, con la colaboración de centros educativos y colectivos y el departamento social de Servicios Sociales, prevenir la discriminación de la mujer y la inclusión social en una apuesta para alcanzar de promover la aptitud crítica en jóvenes y adolescentes ante cualquier adicción a la que puedan sucumbir, explicó la concejal de infancia y juventud, Noemi Martí.
Venir a experimentar
Un programa en el que participan jóvenes de diferentes
características, situaciones y potencialidades y que forman parte de Empu-G a
través del propio trabajo realizado en la calle por el equipo de educadores,
derivados por Servicios Sociales o entidades que trabajan en el barrio como el
programa Arco Iris de la Parroquia San Juan Bautista o por su propia demanda.
Lidia Prieto,
coordinadora provincial del área de prevención selectiva explicó que es un
programa que incluye actividades de ocio a través de las que educar. “Los
chavales no vienen a aquí a que les digamos lo que está bien o lo que está mal,
sino a experimentar. No les contamos lo que hay que hacer, sino que vivan lo
que es mejor para ellos y luego tomen decisiones. Lo primero que prima es la
libertad, tienen el derecho a conocer y a decidir y les damos todas las
herramientas para que puedan desarrollarlas en su vida”.
Se persigue crear una red y que los jóvenes se sientan
arropados, que tengan acceso a los recursos de forma igualitaria, tomar
decisiones de lo que hacer, encuentros con otros trescientos jóvenes e
iniciativas de ocio que ellos mismos definen “trabajamos a través de su
creatividad”, indicó Prieto.
Un equipo de orientadores que se ha mostrado sorprendido de la acogida en Puertollano. “Los chicos de la barriada Fraternidad cuando nos han visto en la calle tenían ganas de hacer cosas y dice mucho. No ha sido difícil que los chicos y chicas de este barrio quieran participar en este programa de prevención en la que se ven todo tipo de situaciones relacionadas con el consumo y conductas adictivas”.
Una propuesta en la que prima la calidad, “no aspiramos a llegar a un montón de gente”, dice Laura Prieto y el proyecto piloto ha comenzado en Fraternidad “para que poco a poco se vaya conociendo y llegue a más jóvenes”.
Compromiso del equipo
de gobierno
Empu-G reafirma el compromiso del equipo de gobierno de Isabel Rodríguez, dijo Martí, de incentivar actividades saludables para los
jóvenes, y la apuesta por la educación en valores, el desarrollo personal
cubriendo las necesidades de estos colectivos de una manera integral y
resolviendo estas inquietudes, a la vez que se cumple con los objetivos
marcados como Ciudad Amiga de la Infancia de Unicef respeto de los derechos de
las personas adolescentes. “Para la alcaldesa y el equipo de gobierno las
adicciones en estos colectivos es un compromiso esencial con el fin de promover
una adolescencia y juventud concienciadas y responsables con el momento que les
toca vivir, ya que se trata de un grupo vulnerable ante esta problemática”.
Un espacio de escucha
activa
Un programa, en palabras Noemi Martí, que se convierte en una herramienta fiable y poderosa,
los jóvenes evitan fuentes que pueden llevar a la desinformación y cometer
errores en sus vidas. También ofrece un lugar seguro en el que los adolescentes
pueden recurrir de manera voluntaria, un espacio de escucha activa y de
confianza, y se les acompaña y asesora con un equipo de cuatro orientadores que
les ayuda en el desarrollo de su autonomía y la promoción de ocio saludable.
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