El panorama de las residencias de personas mayores en Castilla-La Mancha en el año 2023 ha sido mixto, con un total de 27.294 plazas disponibles y una relación de cinco plazas por cada 100 personas mayores de 65 años, lo que sitúa a la región por encima de la media nacional en tamaño de residencias.
A nivel nacional, sin embargo, la situación es más preocupante. Por primera vez en una década, el número de plazas disponibles ha disminuido, cayendo a 395.065 en 2024, lo que representa una reducción de 3.510 plazas respecto al año anterior. Este descenso se da en un contexto donde la pandemia ha tenido un impacto significativo en la disponibilidad de plazas residenciales.
Según un informe de la Asociación de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales, el déficit actual de plazas es alarmante. Se necesitarían 89.324 plazas adicionales para mantener una ratio adecuada de cinco plazas por cada 100 personas mayores de 65 años, y al menos 35.000 plazas extra para atender las necesidades de personas con Dependencia Severa.
La ocupación total de las residencias fue del 84,1% con 332.431 personas usuarias, y las comunidades más afectadas por la falta de plazas son Andalucía y la Comunidad Valenciana, que representan el 67,9% del déficit total.
Ante esta situación, el Ministerio de Derechos Sociales ha propuesto una estrategia de desinstitucionalización para que las personas con dependencia puedan permanecer en sus hogares. Sin embargo, desde la Asociación de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales se critica la falta de progreso sustancial en estas políticas y la mejora limitada en los servicios de atención domiciliaria.
En conclusión, es urgente implementar medidas efectivas que no solo aumenten el número de plazas disponibles, sino que también garanticen una atención adecuada y centrada en la proximidad a los usuarios y sus familias. El objetivo es desarrollar residencias que funcionen como auténticos servicios de proximidad, adaptándose a las necesidades de los ciudadanos mediante una planificación adecuada.
