El Ayuntamiento de Puertollano genera controversia al aprobar los festivos locales para 2025 sin consultar a las personas trabajadoras
En una reciente decisión durante la última sesión plenaria, el Ayuntamiento de Puertollano ha aprobado los días festivos locales para el año 2025 sin haber consultado previamente a las personas trabajadoras, lo que ha generado controversia en diversos sectores de la población.
Los festivos locales establecidos para 2025 serán el 16 de mayo y el 8 de septiembre, coincidiendo con la festividad de San Isidro Labrador, patrón de los agricultores, y la Virgen de Gracia, patrona de la localidad. Aunque estas celebraciones son tradicionales y arraigadas en la cultura local, la falta de consulta a las personas trabajadoras ha provocado un amplio debate y críticas.
Sindicatos y colectivos laborales han expresado su descontento, argumentando que la imposición unilateral de estos festivos sin un proceso participativo es una muestra de desconsideración hacia las necesidades y opiniones de quienes trabajan en el municipio. El Ayuntamiento, por otro lado, ha defendido la medida asegurando que se han seguido los cauces legales pertinentes y que las festividades seleccionadas reflejan las tradiciones más arraigadas de la localidad.
Sin embargo, muchos trabajadores consideran la decisión como una imposición más que una celebración, especialmente los sectores industriales y de servicios, cuyas necesidades no han sido consideradas. Algunos trabajadores hubieran preferido que uno de los festivos se ubicara en otro momento del año para minimizar el impacto económico y personal.
A pesar de las críticas, el Ayuntamiento se mantiene firme en su postura y anima a la ciudadanía a participar en las celebraciones con el espíritu comunitario que caracteriza a Puertollano. Mientras tanto, los sindicatos están considerando emprender acciones para exigir un proceso más inclusivo y participativo en futuras decisiones de este tipo.
La falta de consenso en torno a los festivos locales de 2025 resalta la necesidad de un diálogo más abierto y colaborativo entre las autoridades y la ciudadanía. Queda por ver si esta experiencia influirá en la forma en que el Ayuntamiento aborde decisiones similares en el futuro, en un esfuerzo conjunto por lograr un equilibrio entre el respeto a las tradiciones y las necesidades de la población trabajadora.