El mundo de la ciencia y la cultura está de luto por la pérdida de Federico Mayor Zaragoza, una figura influyente en la historia. Mayor Zaragoza, fundador de la Sociedad Española de Bioquímica y Biología Molecular, y exdirector general de la Unesco, falleció a los noventa años dejando un legado imborrable.
Una de las contribuciones más destacadas de Mayor Zaragoza fue su labor decisiva en la declaración de Cuenca como Ciudad Patrimonio de la Humanidad en 1996. Durante su gestión en la Unesco, trabajó incansablemente para lograr este reconocimiento internacional, culminando con la entrega oficial del título al entonces alcalde de Cuenca en 1997.
A pesar de su legado, la figura de Mayor Zaragoza estuvo envuelta en controversias, especialmente por su respaldo a una marcha en favor de la amnistía para presos de ETA en 2013. A pesar de ello, su compromiso con la paz y la cultura era innegable, reflejado en su presidencia de la Fundación Cultura de Paz.
El impacto de Mayor Zaragoza perdurará en Cuenca, donde le han honrado con una calle a su nombre, así como en todas las instituciones y comunidades que se beneficiaron de su dedicación. Su fallecimiento marca el fin de una era, pero sus ideales y su trabajo seguirán inspirando a las generaciones futuras.
Fuente: Herencia.net