La hermandad del Silencio de Ciudad Real celebró su octogésimo aniversario de fundación con una procesión extraordinaria por las calles de la capital. Esta hermandad tiene como titulares al Santísimo Cristo de la Buena Muerte y a la Santísima Virgen del Mayor Dolor.
El cortejo procesional contó con la participación del alcalde de Ciudad Real, Francisco Cañizares, el primer teniente de alcalde, Ricardo Chamorro, el concejal de Servicios a la Ciudad y la concejal de Servicios Sociales, Aurora Galisteo.
A diferencia de lo que se acostumbra en la madrugada del Jueves Santo, esta vez el Santísimo Cristo de la Buena Muerte y la Virgen del Mayor Dolor fueron llevados a hombros por portadores y recorrieron las calles de la ciudad durante la noche.
La procesión fue realmente emocionante y conmovedora, pues esta hermandad ha sido parte importante de la vida religiosa y cultural de Ciudad Real durante ocho décadas. Los fieles se congregaron en las calles para acompañar a sus titulares en este evento tan especial.
El alcalde, Francisco Cañizares, expresó su gratitud por poder participar en esta conmemoración y resaltó el valor patrimonial y espiritual que representa la hermandad del Silencio para la ciudad. Por su parte, los miembros de la hermandad agradecieron el apoyo y la presencia de las autoridades municipales.
La procesión fue un momento de recogimiento y reflexión para todos los asistentes. Los vítores y aplausos no faltaron en cada momento en que los tronos pasaban frente a los congregados. La solemnidad del evento fue evidente en cada detalle, desde la música hasta la iluminación de las calles.
Esta conmemoración del octogésimo aniversario de la hermandad del Silencio fue un reflejo del fervor y la devoción de la comunidad ciduadrealeña. Un evento que quedará en la memoria de todos los asistentes y que demuestra la importancia de preservar y celebrar las tradiciones religiosas de nuestra ciudad.
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