Su actividad pictórica se inició en el 2007 y desde ahí ha caminado por lo figurativo a lo experimental. Desde detalles más locales, como la Fuente Agria, a otoñales entornos, cuerpos desnudos, setas o bicicletas apoyadas sobre desgastadas paredes. Una exposición de esta novel pintora puertollanera que a lo largo de veintidós obras hace un recorrido por las pasiones que la han acompañado durante su vida.
Paz Dorado ha llenado de color el Museo Municipal. Una exposición de esta novel
pintora puertollanera que a lo largo de veintidós obras hace un recorrido por las pasiones que la
han acompañado durante su vida.
Su actividad pictórica se inició en el 2007 y desde ahí ha caminado por lo figurativo a lo
experimental. Desde detalles más locales, como la Fuente Agria, a otoñales entornos, cuerpos
desnudos, setas o bicicletas apoyadas sobre desgastadas paredes.
Propias vivencias
El universo de
Paz Dorado son sus propias vivencias, el color, los paisajes por lo que transitan
en sus itinerarios senderistas a la pasión por la micología. “Son las cosas que me gustan,
cómo soy, es una pintura sencilla, no tiene una pincelada compleja”.
La concejal de cultura,
Ana Muñoz, durante la apertura de la exposición aseguró que el color es
predominante en esta exposición, pero también subrayó la base de dibujo, en la que se pasa de lo
figurativo a lo más extracto.
Una muestra que se acompaña con fichas didácticas para que los niños junto a sus padres puedan
aprender que es lo que se ve en cada una de las obras, qué tipo de pintura, el color y el dibujo.
“Una actividad muy divertida para esta Navidad”, indicó
Muñoz.
Campos de color
En palabras de
Emiliano Vozmediano, amplios campos de color se pueden observar en su bora, en el
que la técnica se diluye para dejar paso a imágenes sugerentes, un campo de ensoñación y percepción
que recuerda el arte expresionista y el impresionismo.
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