El conflicto en Ucrania ha tenido un impacto directo en la comunidad de Castilla-La Mancha, donde un total de 3.527 ciudadanos ucranianos han solicitado protección temporal desde el inicio de la guerra. Entre ellos, 1.159 son menores de edad, lo que refleja la vulnerabilidad de esta población afectada por el conflicto.
La consejera de Bienestar Social, Bárbara García Torijano, resaltó la importancia de la labor realizada por la comisión regional de acogida de Migración e Inclusión, que ha permitido coordinar acciones para atender las necesidades de los desplazados. La comunidad autónoma se ha mantenido activa en su compromiso de acoger a los afectados por la guerra, demostrando su solidaridad y apoyo en momentos de crisis.
A pesar de las solicitudes de protección registradas, García Torijano reconoció la complejidad del movimiento migratorio provocado por la guerra, con personas que han optado por trasladarse a otras regiones o países, e incluso algunos han regresado a Ucrania. Esta situación subraya la necesidad de un enfoque flexible y adaptativo para responder a las dinámicas cambiantes de la migración en un contexto de conflicto prolongado.
La comunidad autónoma de Castilla-La Mancha continúa trabajando para garantizar la mejor respuesta posible ante esta crisis humanitaria, coordinando esfuerzos y recursos para brindar apoyo a los desplazados. La solidaridad y la cooperación son fundamentales para enfrentar los desafíos que plantea la migración en tiempos de guerra.
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