Esta tarde la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de Castilla-La Mancha presentaba en el Antiguo Casino de Ciudad Real el libro “El agua en Ciudad Real: historia de un reto diferido”. Se trata de un viaje de ocho siglos en torno a la historia del abastecimiento y saneamiento de la ciudad, unido a su propio crecimiento como urbe y a los desafíos a los que se tuvo que enfrentar para dotar a la ciudad de las infraestructuras necesarias precisas, capaces de garantizar unos recursos hídricos suficientes y de calidad.
Esta tarde la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de Castilla-La Mancha presentaba en el Antiguo Casino de Ciudad Real el libro “El agua en Ciudad Real: historia de un reto diferido”. Se trata de un viaje de ocho siglos en torno a la historia del abastecimiento y saneamiento de la ciudad, unido a su propio crecimiento como urbe y a los desafíos a los que se tuvo que enfrentar para dotar a la ciudad de las infraestructuras necesarias precisas, capaces de garantizar unos recursos hídricos suficientes y de calidad.
El acto ha estado conducido por el director de La Tribuna, Diego Murillo, y ha contado con el autor del libro José María Coronado, profesor de urbanismo de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos de la Universidad de Castilla-la Mancha y una amplia representación de la vida social, cultural y política de Ciudad Real, con la presencia de la alcaldesa de Ciudad Real, Eva María Masías. Entre los prologuistas del libro cabe destacar a Pilar Zamora, primera teniente de alcalde del Ayuntamiento de Ciudad Real, Rivas Álvarez, directora de la Escuela de Ingeniería de Caminos de la Universidad de Castilla-La Mancha y Jesús García, director de Aquona.
Coronado, recordaba el origen de un reto muy importante para la ciudad que ahora mismo “está resuelto, pero no cerrado” y que nace con la innovadora planificación que se hizo en el medievo, para impulsar la actual Ciudad Real. Aún quedan vestigios de la historia del agua en nuestra ciudad, no solo en antiguas fotografías, que nos muestran las fuentes que existían y que alguna se conserva en otra ubicación, también las alcantarillas que nos sitúan en diferentes periodos históricos, el depósito de la Atalaya hoy oculto bajo la naturaleza o los nombres de alguna calle que nos rememoran a los antiguos pozos que existieron.
Pilar Zamora, agradecía formar parte de esta publicación en un “año de historia, puesto que estamos conmemorando el VI Centenario desde que Juan II otorgaba a “Villa Real”, el título de ciudad”. La edil añadía que “el agua es el bien más preciado, sin agua no hay vida, la localización de la ciudad planteó un serio problema para el abastecimiento por hallarse en una llanura y por su cota, a lo que hay que añadir el condicionante climático de vivir en una zona de escasas precipitaciones”. El prólogo de Zamora explica que “estamos comprometidos con el planeta y de ahí nuestro esfuerzo por cumplir con uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030, el “Objetivo 6, Agua limpia y saneamiento”, para garantizar la disponibilidad y la gestión sostenible del agua y el saneamiento para todas las personas, porque el agua es una realidad económica y un recurso imprescindible en el mantenimiento de los ecosistemas, pero sobre todo es un derecho esencial para la vida y la dignidad de los seres humanos”. Terminaba Zamora su intervención parafraseando a Loran Eisely, antropólogo filósofo estadounidense que pensaba “si hay magia en este planeta, está contenida en el agua”, preservemos la magia para conservar la vida.
El director de Aquona, Jesús García del Valle, explicaba que de su entidad se “ha colaborado con las administraciones en seguir impulsando el servicio de agua de la ciudad”.
El libro termina en los años setenta, que es cuando se construye la red actual de saneamiento, aunque en los últimos años se ha ampliado y mejorado con notables inversiones.
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