Un 24 de mayo de cariño y fervor a María Auxiliadora

El 24 de mayo está marcado con uno de los días grandes en el
calendario de la Comunidad Salesiana con casi setenta años de devoción por
María Auxiliadora de una ciudad, del barrio de Santa Ana y sobre todo de los
miles de alumnos que han pasado por las aulas de este emblemático colegio.

Una intensa jornada que se iniciaba con las primeras horas
de luz matinal con el rosario de la aurora por el entorno de este centro
educativo antes del inicio de la eucaristía en la parroquia.

Además durante la
mañana se han realizado juegos en los patios del colegio y en el parque del
Pozo Norte y unas migas solidarias elaboradas por la Asociación de Antiguos
Alumnos que han compartido 130 personas y en las que se ha recaudado 713 euros
que destinarán a familias con escasos recursos económicos.

Ya por la tarde, en el patio se ofició la función principal
antes de la procesión que arrancó a las ocho y media de la tarde encabezada por
la banda de tambores de Nuestra Señora de la Piedad, que daba paso a los niños
y niñas de la parroquia que este año han hecho su primera Comunión y a la imagen
de San Juan Bosco portada por una treintena de anderos.

Presencia cofradiera

Amplia comitiva de estandartes y de representación de los
Antiguos Alumnos, Cooperadores Salesianos, Archicofradía de María Auxiliadora y
de las hermandades locales, como las Cofradías de Caballeros de la Virgen de
Gracia, Virgen de la Cabeza y Jesús de Medinaceli.

Envuelta en incienso apareció la imagen de María Auxiliadora
sobre los hombros de cuarenta anderos que fue recibido por el calor de la
devoción y numerosos niños soltaron globos de colores a su paso por la plaza a
la que da nombre.

Una procesión presidida por el párroco, Pablo Labrado, el director del colegio, Ernesto Rodríguez Arias y el párroco de San José y Arcipreste, Pedro Antonio Rodríguez Menchén, y que
cerraba la Asociación Banda de Música de Puertollano.

Manto floral

María Auxiliadora de nuevo regresaba a su templo cerca de
las once de la noche en una recta final en la que recorrió los cincuenta metros
de manto floral elaborado por los Scouts Don Bosco con 400 kilos de sal, mucho
cariño y césped natural.

Una despedida y un hasta pronto con el encuentro entre San Juan Bosco y María Auxiliadora, las voces de los niños de primera comunión desde la escalinata del colegio, continuados vivas y aplausos tanto a la Virgen como al esfuerzo de los anderos.