El ambiente político en Castilla-La Mancha se encuentra en tensión debido a las declaraciones del líder del Partido Popular en la región, Paco Núñez, quien acusó al presidente autonómico, Emiliano García-Page, de someterse al «sanchismo» para mantenerse en el poder. Estas afirmaciones provocaron una fuerte respuesta por parte de García-Page, quien rechazó las acusaciones y calificó la valoración de Núñez como una «radiografía negra» de la comunidad autónoma.
En un intento por defender su gestión y la imagen de la región, García-Page aprovechó la firma de la declaración institucional para impulsar el ‘Acuerdo por el Crecimiento Económico y Social: Castilla-La Mancha, Horizonte 2030’. El presidente advirtió sobre los peligros de proyectar una imagen negativa de la región a nivel nacional, destacando que las críticas desproporcionadas afectan a toda la comunidad.
Durante su discurso, García-Page utilizó la ironía al cuestionar si Núñez esperaba que otros líderes regionales, como Carlos Mazón de la Comunidad Valenciana, fueran tomados como modelos a seguir por los ciudadanos de Castilla-La Mancha. Según García-Page, esta comparación solo contribuye a generar confusión e incertidumbre entre la población.
El presidente enfatizó la importancia de la participación ciudadana en las decisiones sobre el liderazgo regional y advirtió sobre las consecuencias de las críticas excesivas en el ámbito político. Su intervención buscó reafirmar su posición y la estabilidad de la región frente a las críticas de la oposición, priorizando el bienestar de Castilla-La Mancha en el contexto nacional.